Según un estudio de James A. Simon, profesor de la Universidad George Whashington, la testosterona liberada de un parche transdérmico aumenta significativamente el deseo sexual y la satisfacción en mujeres con menopausia natural con trastorno de deseo sexual hipoactivo y que están tomando terapia hormonal con estrógenos y/o progestágenos.
El estudio en cuestión, fue realizado de forma multicéntrica, randomizado, doble ciego y, controlado con placebo. Se realizó sobre una muestra de 549 mujeres con menopausia natural, que tenían deseo sexual hipoactivo y estaban recibiendo terapia hormonal.
Obtienen resultados significativos al aumentar el deseo sexual, la excitación, el orgasmo, el placer, la respuesta y la auto-imagen, mientras se disminuye la preocupación sexual. Además informan que cuando se dan dosis de testosterona en dosis fisiológicas para mujeres postmenopáusicas junto con terapia estrogénica concomitante, no hay una asociación a un aumento de eventos cardiovasculares y cáncer de mama, ni hay aumento significante en la aparición de hirsutismo, acné o alopecia.
En cambio, otro estudio dirigido por el Dr. Glenn Braunstein del centro médico Cedars-Sinai de Los Ángeles, informa que si bien aplicar un parche de testosterona en mujeres con menopausia quirúrgica produce mejoras modestas sobre la líbido, hubo también una fuerte respuesta en el grupo placebo, atribuido al incremento del diálogo entre las participantes y sus parejas.
Lo que es evidente es que solamente usar un parche de testosterona en la mujer postmenopáusica con trastorno de deseo sexual hipoactivo, quirúrgica o natural, no va a eliminar el problema de la falta de deseo, ya que hay que valorar todos los factores psicológicos, la calidad de la relación de pareja, el uso de medicaciones para otros procesos y los diversos factores sociales que puede estar actuando.
Por lo tanto, una terapia combinada (sexual y hormonas) puede ser eficaz para aquellas mujeres que reunan las indicaciones adecuadas y que estén exentas de riesgos por el uso de hormonas. Ya que en un gran número de casos se van a beneficar con terapia sexual y/o de pareja sin necesidad de adicionar hormonas.
El estudio en cuestión, fue realizado de forma multicéntrica, randomizado, doble ciego y, controlado con placebo. Se realizó sobre una muestra de 549 mujeres con menopausia natural, que tenían deseo sexual hipoactivo y estaban recibiendo terapia hormonal.
Obtienen resultados significativos al aumentar el deseo sexual, la excitación, el orgasmo, el placer, la respuesta y la auto-imagen, mientras se disminuye la preocupación sexual. Además informan que cuando se dan dosis de testosterona en dosis fisiológicas para mujeres postmenopáusicas junto con terapia estrogénica concomitante, no hay una asociación a un aumento de eventos cardiovasculares y cáncer de mama, ni hay aumento significante en la aparición de hirsutismo, acné o alopecia.
En cambio, otro estudio dirigido por el Dr. Glenn Braunstein del centro médico Cedars-Sinai de Los Ángeles, informa que si bien aplicar un parche de testosterona en mujeres con menopausia quirúrgica produce mejoras modestas sobre la líbido, hubo también una fuerte respuesta en el grupo placebo, atribuido al incremento del diálogo entre las participantes y sus parejas.
Lo que es evidente es que solamente usar un parche de testosterona en la mujer postmenopáusica con trastorno de deseo sexual hipoactivo, quirúrgica o natural, no va a eliminar el problema de la falta de deseo, ya que hay que valorar todos los factores psicológicos, la calidad de la relación de pareja, el uso de medicaciones para otros procesos y los diversos factores sociales que puede estar actuando.
Por lo tanto, una terapia combinada (sexual y hormonas) puede ser eficaz para aquellas mujeres que reunan las indicaciones adecuadas y que estén exentas de riesgos por el uso de hormonas. Ya que en un gran número de casos se van a beneficar con terapia sexual y/o de pareja sin necesidad de adicionar hormonas.
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